La televisión ha estado posicionada por muchos años como una fuente de información
- giovannaavalos91
- 29 oct 2015
- 3 Min. de lectura

Es más accesible que un periódico e incluso más barata, sin embargo, es el medio que más miente a la sociedad al manipular y distorsionar la información; nos presentan los hechos y nos dicen cómo debemos entenderlos. Se ha vuelto tan poderosa que si no apareces en ella, no eres nadie. De la misma manera que los presentadores solo usan este medio para desacreditar actos contra la represión (como la matanza del 68); los mencionan como una nota roja cuando en realidad no lo son. Mientras que emiten mensajes sensacionalistas y vacíos para el público como medio de “enajenamiento”, bien dice la frase “al pueblo pan y circo”. De esta forma, nos mantienen alejados de las verdaderas situaciones, por las que deberíamos ocuparnos. Y con todos esos trucos para engañar al televidente llegamos al punto de decir que han sobrepasado los límites de la ética. ¿De qué forma? Para empezar su información es tendenciosa y parcial, un ejemplo muy claro de ello es cuando Televisa otorga pocos minutos al partido que no es su favorito (PRD Partido Revolucionario Democrático). Presentar a la audiencia la información acompañada de adjetivos calificativos como las notas rojas de movimientos o manifestaciones de la sociedad civil, provocan que la gente tome partido. Con la muerte de Paco Stanley, la televisora Tv Azteca se encargó de enfatizar el hecho de su muerte, más no la causa, querían y exigían culpables, cuando en realidad había algo más profundo que solo la escena del crimen, pues después se encontró que Stanley estaba relacionado con el narcotráfico. La agenda informativa es claramente designada por los empresarios, se asigna el tiempo y los días que se transmitirán las notas como sucede muy seguido para tapar algunos asuntos entre ellos la situación precaria de comunidades indígenas en el país. El uso de planos televisivos es usualmente empleado para demeritar la imagen de algún actor social, tal como le sucedió a Cuauhtémoc Cárdenas, quien recibió acusaciones directas de los medios porque su forma de gobernar dejaba mucho que desear. Al mismo tiempo que se buscaba resaltar a aquellos que se enfrentaban a él, al exigir su renuncia. O cuando buscaban limpiar a toda costa la imagen de Díaz Ordaz, argumentos que poco tenían sustento simplemente lo decían por la alianza televisa con este político. Pero no creamos que son todas las formas de faltar a la ética profesional; encontramos que la ausencia de antecedentes generan confusión en los televidentes. Estos al no tener conocimiento de ellos, no logran comprender la noticia, ¿cómo?, desde el momento en que te presentan un seguimiento completo de la nota. Un caso de esto podría ser las Reformas actuales, solo te indican que podrían ser aprobadas y si bien nos va, qué son; sin embargo, no existe la parte de cómo fue que se dieron. Desde tiempos memorables la televisión se ha vuelto una manera de autopromoción, uno de los casos más evidentes es: las campañas políticas. Permite promover a los candidatos de una manera más humanizada que realmente se preocupa por su país, recurren a montajes con personas de bajos recursos y simulan darles ayuda, para así producir un impacto en nuestra decisión. Sin embargo, los medios jamás deberían usados para legitimar un partido y su ideología, sino dar prioridad a cuestiones de ayuda social y humanitaria. Lamentablemente para nosotros, y afortunadamente para los medios, tenemos periodistas que creen que su trabajo es solamente dar la información como se les indica, como “se supone” que el pueblo debe conocerla, y cuando hay algo de mayor importancia que quizá no le conviene al gobierno dar a conocer, no utilizan esa información, o simplemente se dedican a escandalizar sobre otros temas que no tienen la misma relevancia. Y finalmente el último punto de faltar a la ética es: inducción en las preguntas durante las entrevistas. Nunca deberían elaborarse preguntas para obtener una respuesta espera. El punto de realizar una entrevista es para dar a conocer las características del personaje o algún acontecimiento, más no querer obtener beneficio o “la exclusiva”, mucho menos apoyar o negar lo que ha dicho el entrevistado. Y es así como nos damos cuenta que la televisión, tal vez no sea el único que falte a estos principios; pero sí es el que no respeta ninguno. Casos mencionados anteriormente hay muchos y seguirán mientras el poder se concentre en este medio -el gran duopolio del país- al cual no le conviene que nos informemos debidamente y no tanto a ellos, sino a sus más grandes aliados: nuestro querido gobierno. Quieren mantenernos controlados, bien dicen que saber es poder y está muy claro que mientras más ignorantes seamos más manipulables podremos ser.




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